«La obra que sale mal» en Puebla logra SOLD OUT en todas sus presentaciones

Desde el momento en que el telón sube, «La obra que sale mal» ya está destinada al desastre, pero en el mejor sentido posible. El montaje es un tour de force de la comedia física y los errores orquestados a la perfección, donde el caos es el verdadero protagonista. La trama nos presenta a un grupo amateur de teatro que intenta representar una obra de misterio al estilo de Agatha Christie, pero todo lo que podría salir mal, sale mal… y de manera catastrófica.

El publico abarrotó el acceso al Teatro del CCU y esperó pacientemente en cada presentación.

«La obra que sale mal» en Puebla logra SOLD OUT en todas sus presentaciones con un elenco de lujo!!

El elenco compuesto además de Daniel Sosa y Ari Albarrán por Ricardo Fastlicht, Rodrigo Murray, Luis Fernando Peña, Luis Rodríguez «Guana», Luis Curiel y Ana Jimena Villanueva.

Los primeros minutos empiezan con un aire de solemnidad. Se trata de la obra dentro de la obra, donde los actores pretenden hacer un homenaje al teatro clásico. Pero en cuestión de segundos, los primeros problemas empiezan a emerger: un accesorio que se cae, un actor que olvida su línea y los tropiezos en escena. Estos pequeños deslices, que podrían pasar desapercibidos en una producción real, se multiplican y pronto se transforman en una verdadera avalancha de errores.

El escenario, diseñado para parecer estable, se convierte en el peor enemigo de los actores. Puertas que no abren o que se quedan atascadas, muebles que colapsan inesperadamente y paredes que caen en el momento menos oportuno. El equipo técnico ficticio corre de un lado a otro intentando reparar las catástrofes en plena función, lo que genera carcajadas constantes.

Uno de los momentos más memorables es cuando uno de los personajes, tras quedar atrapado en un bucle de diálogos olvidados, comienza a repetir las mismas líneas una y otra vez, desatando la desesperación del resto del elenco. Sin embargo, lo más brillante de la obra es cómo los actores, a pesar de los colapsos y percances, se mantienen en su papel, tratando de salvar la producción a toda costa. El público, en lugar de sentir lástima por ellos, es arrastrado a una espiral de carcajadas ante la magnitud de los errores.

Las interpretaciones de los actores son fundamentales para el éxito de esta comedia del caos. Cada uno de ellos ejecuta su papel con un impecable sentido del ritmo cómico, donde cada caída, cada equivocación y cada error está perfectamente calculado para obtener la máxima risa. Sin embargo, lo hacen de tal manera que parece completamente espontáneo, como si verdaderamente fuera la primera vez que todo va mal.

El clímax de la obra es un verdadero espectáculo de destrucción controlada. El escenario, en ruinas, los actores agotados y el público casi sin aliento de tanto reír, celebran el fracaso más glorioso que jamás se haya visto en un escenario. La precisión con la que se ejecutan los gags físicos y el timing cómico es admirable, y es en ese detalle donde radica la genialidad de «La obra que sale mal». Todo está calculado al milímetro para que parezca un auténtico desastre, pero en realidad es una obra maestra de la comedia.

Al final, «La obra que sale mal» no solo es una parodia del teatro y sus clichés, sino un tributo al arte de la comedia física y el slapstick. El público sale del teatro con dolor de estómago, pero de tanto reír, y con la certeza de que el error nunca había sido tan divertido

Esta obra es una muestra magistral de cómo, cuando todo sale mal, el resultado puede ser absolutamente hilarante y memorable.

La Gran Audiencia

Luis Fernando Peña Mx

LUIS Curiel

#Puebla#teatro

@lagranaudiencia

@jorge_pingui

Diversión y espectáculos

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